Jorge Racedo estaba al frente de la Policía de Tucumán cuando estalló la revuelta de los uniformados que originó los saqueos de diciembre de 2013. Ahora es el único protagonista que ostentaba un cargo público de peso en ese entonces que terminó en el banquillo de los acusados del histórico juicio que comenzó esta semana.

“Quiero tener la oportunidad de contar todo lo que pasó en esos días. Quiero demostrar que aquí debería haber estado como testigo y no como acusado”, desafió el ex jefe policial.

Racedo arrancó contando que al asumir en la fuerza tuvo problemas por los revoltosos que terminaron sumiendo a la provincia en el caos y la anarquía. No eran muchos, aseguró, apuntando a tres a los que les puso nombre y apellido: Diego Herrera, Sergio Hogas y el comisario Ángel Toledo, ya fallecido. Apuntó también contra el ex gobernador José Jorge Alperovich, los funcionarios del área de seguridad de esos tiempos, un actual vocal de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, el ex fiscal de Estado y hasta un arzobispo. En cambio usó un tono casi paternal, para referirse a los miembros de la fuerza de seguridad.

Su testimonio tuvo una característica muy marcada: se encargó de detallar cronológicamente los detalles de esos días negros.

Domingo 8

“Por la tarde, no recuerdo bien el horario, estuve en el estadio de Atlético porque ahí estaba el gobernador Alperovich. Al salir, me comunica el jefe de la seccional 6° que en las inmediaciones de la cancha de All Boys había un grupo de policías que se estaban congregando y lo llamé para transmitirle la novedad”. destacó. “La única respuesta que recibí fue: ‘llamalo a Jorge (Gassenbauer)’, que era el ministro de Seguridad”, añadió.

El ex titular de la fuerza relató que acordaron reunirse esa misma noche en un bar de una estación de servicio ubicada en las avenidas Belgrano y América. Participaron del encuentro ellos dos, el secretario de Seguridad, Paul Hofer, el ex subjefe de Policía, Víctor Sánchez, y los comisarios Leandro Herrera (jefe del Servicio 911), Luis Medina (titular de la Unidad Regional Capital), Carlos Paz (jefe del D3) y Quinteros (ex jefe de la Brigada de Investigaciones).

“Allí los puse al tanto de las novedades y les advertí que la revuelta estaba encabezada por Herrera, Hogas y Toledo. También sugerí que nos presentemos en el lugar para invitarlos a que depusieran la actitud y que al día siguiente analizaríamos la cuestión en una reunión en Casa de Gobierno”, detalló.

“Tenían tres planteos: la reincorporación de Herrera, Hogas y Toledo porque habían sido cesanteados, porque hicieron una protesta similar en 2011; desconocer a Víctor Nacusse como interlocutor con el Gobierno y pedir que se resuelvan favorablemente todas las causas penales que había en la Justicia contra el personal”, explicó. “No aceptaron la propuesta y me pidieron un encuentro con los referentes que eran rechazados por los manifestantes para el día siguiente”, destacó.

Narró también que cuando abandonaban la reunión, descubrieron que patotas de entre 15 y 20 policías de civil recorrían las calles buscando los móviles del 911 para sacarlos de servicio.

Lunes 9

En la primeras horas del día, Racedo y los jefes se dieron cuenta de que los huelguistas ya habían copado la Subjefatura y tomó dos medidas: ordenó que los móviles se dirigieran a la Escuela de Policía y formar un retén, medida que significa llamar a todos los integrantes de la fuerza para incorporarse al servicio.

“La reunión con los representantes no se realizó porque uno de ellos nunca se presentó. Me dirigí a la Casa de Gobierno y le expliqué la situación. El gobernador me preguntó: ‘¿No tenés 10 o 15 canas fieles para poner orden?’ Les recomendé que era prudente convocar a las fuerzas federales. El ex fiscal de Estado Jorge Posse Ponessa me dijo que se encargaría de hacerlo, pero no sé qué pasó”, recordó.

Racedo recordó que le pidieron ir a buscar a los cabecillas para dialogar. “Le recomendé que no diera ese paso. Le recordé que a esos hombres él los había cesanteado y que no podía torcer el brazo. Me respondió: ‘me tragué tantos sapos… qué hará que me trague otro’ ”. Racedo relató después que fue hasta la Subjefatura, de donde fue corrido a pedradas e insultos.

Martes 10

El acusado rememoró que ese día fue citado por la fiscal Adriana Reynoso Cuello bajo amenaza de apercibimiento si no se presentaba a declarar por la causa de sedición policial que había iniciado ese miso día.

“Cuando estaba declarando, recibo un llamado del vocal de la Corte, Antonio Estofán, para preguntarme si estaba en condiciones de desalojar a los revoltosos. Le contesté que sí y después me ordenó que le llevara de inmediato la causa que se había iniciado. Le respondí que no podía porque estaba declarando en la fiscalía. ‘¿Pero qué son pelotudos? ¿Qué están haciendo?’, me dijo”, afirmó.

Confesó que él le había advertido al represente del máximo tribunal que la situación no era sencilla porque los sediciosos estaban armados, alcoholizados y muy violentos. “Le dije que sí haríamos nuestra tarea, pero con la condición de que un funcionario judicial nos acompañara para anunciar el desalojo y controlar lo que hiciéramos. Estábamos dispuestos a actuar en el marco de la Ley y no producir una tragedia”, explicó.

Racedo aclaró que al final no se tomó esa medida por la intervención de monseñor Alfredo Zecca. “El arzobispo se comunicó conmigo y se ofreció a ser el mediador. Luego vino el subsecretario de Seguridad, César Nieva y el asesor del ministerio, Dante Sarmiento, y lograron convencer a los sediciosos de que comenzaran a negociar. Paralelamente llegaron unos 100 efectivos de Gendarmería Nacional para recorrer las calles y lentamente todo volvió a la calma”, describió.

Miércoles 11

“Cuando todo volvió a la calma, me presenté en la Casa de Gobierno y le entregué personalmente mi renuncia al gobernador Alperovich. Le dije que no podía estar al frente de una tropa que se me había insubordinado. Y que no era bueno que se los escuche a esos hombres, tanto para el poder político y judicial de la provincia”, destacó. “Él me dijo que lo pensara, que tenía tiempo, pero la verdad es que estaba muy cansado por todas estas situaciones”, declaró.

Racedo no terminó de hablar. El tribunal decidió realizar un cuarto intermedio hasta este miércoles para que termine de responder las preguntas de las partes.

A lo largo de su exposición, el ex jefe de Policía cuestionó la forma en que se manejó el ex gobernador Alperovich, hoy a punto de afrontar un juicio por abuso sexual. Racedo remarcó que en más de una oportunidad el entonces mandatari aceptó negociar con los tres policías que habían incitado la decisión, asegurando que esa fue una de las razones que lo llevaron a presentar la renuncia.